El siguiente video le ayudará a comprender el desarrollo de los temas del presente curso.
En el siguiente curso aprenderemos la importancia de aplicar metodologías activas como ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos); colocándose en la actualidad como un método más eficaz y cada vez más extendido en nuestro sistema educativo.
En la metodología ABP los alumnos llevan a cabo un proceso de investigación y creación que culmina con la respuesta a una pregunta, la resolución de un problema o la creación de un producto. Los proyectos han de planearse, diseñarse y llevarse a cabo con el fin de que el alumno pueda incorporar, de una manera factual, los contenidos y estándares de aprendizaje establecidos por la legislación educativa. La implementación del ABP permite que se puedan diseñar los temas e itinerarios de aprendizaje con mayor libertad, de forma que el producto final ya no es lo único importante sino que también son relevantes el proceso de aprendizaje, la profundización y el desarrollo de las competencias clave.
Las características de la sociedad contemporánea ha provocado que el Docente se preocupe más de sus prácticas educativas, en el sentido de tratar de satisfacer aquellas nuevas necesidades que requiere el aprendizaje, es decir, que el educador actual debe estar en una constante renovación de la práctica docente y la incorporación e innovación de metodologías y estrategias que faciliten y mejoren los aprendizajes de los estudiantes. En este marco, resulta iluminador destacar las relaciones entre prácticas docentes y de la enseñanza.
Desde que Kilpatrick y Dewey propusieron su sistema de proyectos, esta modalidad pedagógica se ha transformado en una importante herramienta de apoyo del docente y el estudiante, particularmente al interior de un proceso formativo que cada vez demanda medios más ágiles para conectarse con la realidad.
En la enseñanza tradicional nos centramos en que los alumnos aprendan unos contenidos, una información, no prestando atención ni preparando la clase para que aprendan unas competencias, como puede ser la creatividad, el trabajo cooperativo, el sentido crítico, la comunicación, la competencia digital; aspectos que sí se tienen muy en cuenta en el aprendizaje basado en proyectos.
Como sabemos las construcción del aprendizaje, es un eslabón que en ocasiones se encuentra roto o fracturado y puede limitar el enlace y relación en una serie de conocimiento, a demás a esto se presentan las distintas formas de como aprende una persona, es decir, su estilo de aprendizaje, puede definirse como una manera habitual de adquirir conocimientos, habilidades o actitudes a través del estudio o la experiencia. Sadler-Smith (1996, citado en Lago y Cacheiro, 2008)
El aprendizaje basado en proyectos (ABP) se basa en la paradigma constructivista que centra su proceder en la acción del alumnado, donde este el que realiza su propio aprendizaje (Maturana, 1999, en Böhm y Schiefelbein, 2008)
Algunas de las prácticas educativas innovadoras que actualmente se llevan a cabo en los distintos niveles de educación de todo el mundo empezaron a ser desarrolladas a principios del siglo XX. Cuando Kilpatrick (Universidad de Columbia) publicó su trabajo "Desarrollo de Proyectos” en 1918, más que hablar de una técnica didáctica expuso las principales características de la organización de un plan de estudios de nivel profesional basado en una visión global del conocimiento que abarcara el proceso completo del pensamiento, empezando con el esfuerzo de la idea inicial hasta la solución del problema.
El aprendizaje basado en proyectos es una metodología que permite a los alumnos adquirir los conocimientos y competencias clave en el siglo XXI mediante la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real. Los alumnos se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y desarrollan su autonomía y responsabilidad, ya que son ellos los encargados de planificar, estructurar el trabajo y elaborar el producto para resolver la cuestión planteada.
Para comenzar la fase de investigación en la aplicación de la metodología del ABP, es preciso que el alumnado sea consciente de lo que sabe y de lo que necesita saber, para planificar luego cómo averiguarlo. En este punto hemos de decir que es importante que el profesor se asegure de que su alumnado sabe realizar esas búsquedas.
En cada una de las estrategias metodológicas se sintetizan los principales agentes evaluativos, tipos de evaluación, estrategias evaluativas, momento de evaluación e instrumentos evaluativos sugeridos. En todos ellos se señalan los elementos claves para desarrollar estrategias evaluativas afines, sin pretender ser excluyente en las propuestas. En otras palabras, la incorporación de elementos que no estén explicitados en cada una de las síntesis es de resorte del docente que diseña el proceso evaluativo. Lo más relevante a tener en consideración es la coherencia entre los objetivos propuestos, la estrategia metodológica diseñada y la estrategia evaluativa utilizada, estando esta última incorporada en todo momento al proceso y no solamente ejecutada en una instancia final.
La incorporación permanente de la evaluación en el proceso, la cual no tiene por qué implicar siempre la elaboración de instrumentos ni generar calificaciones. La evaluación formativa mediante el seguimiento del proceso de aprendizaje puede ser realizada in situ y gracias a las aportaciones de los mismos estudiantes.
Claro está que la evaluación de los aprendizajes ocupa un lugar significativo en las agendas educativas. En los últimos tiempos, y especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19, los países han puesto el foco en repensar prácticas de evaluación de los aprendizajes y garantizar la continuidad pedagógica. Según un reciente mapeo mundial realizado por la UNESCO (2020a), los países están optando por diferentes estrategias y normativas para hacer frente al desafío. Por ejemplo, tanto en Argentina como en Chile se decidió en 2020 y 2021 no evaluar con calificaciones numéricas3 y promover, en su lugar, el desarrollo de evaluaciones de carácter formativo —con el propósito de retroalimentar el proceso de aprendizaje para orientar a los estudiantes y a sus familias, siendo la continuidad pedagógica el objetivo principal (Consejo Federal de Educación, 2020; MINEDUC, 2020). Muchos docentes tuvieron la necesidad de rediseñar sus instrumentos de evaluación para poder implementarlos en la modalidad remota, proponiendo tareas domiciliarias que se alejaban de la tradicional prueba escrita y ofreciendo devoluciones por audio o escritas que permitieran a los estudiantes identificar los aspectos logrados de sus trabajos y trabajar en aquello que necesitaran corregir o mejorar. En este sentido, y más allá de la situación actual de pandemia, queda claro que no solo es necesario centrar el debate didáctico y pedagógico en la evaluación de los aprendizajes sino también concebir a los procesos de retroalimentación como herramientas fundamentales para la mejora de los aprendizajes.